Es la manera perfecta para demostrar el amor que sentimos
cuando no encontramos la palabra justa.
cuando no encontramos la palabra justa.
...Lamentablemente no conozco el nombre del autor de estos versos, pero como seguramente se trata de un poeta, sin dudas también se trata de un experto de la desapropiación... La poesía nace buscando propietarios momentáneos, porque parece que su vida está radicalmente unida a la itinerancia... si se detiene pretendiendo una morada fija, muere... La poesía es amor hecho palabra, pero siempre será más amor que palabra... y nada más ajeno al amor que la apropiación... el amor tiene el coraje de dejar libre lo que ama... Dios mío ¡cuántas palabras!... y pensar que todo esto era simplemente para decir que el autor de ese elogio al "Abrazo" no se sentirá deshonrado si silenciamos su nombre...
¡Cuántos de esos abrazos hemos compartido en los encuentros que se nos fueron regalando cada día!... Hablamos mucho, es verdad, sin embargo es mucho más lo que nos fuimos diciendo con los gestos... entre todos ellos, creo que el abrazo ha sido uno de los más eficaces... cada uno de ellos parecía decirlo todo y sin embargo no podíamos sustraernos al deseo de reiterarlos una y otra vez...
Varias veces he experimentado en primera persona, y he oído también el testimonio de muchos, respecto a que escuchar cantar a Abraham nos hace bien... sin dudas se puede decir lo mismo de Tony... A cuantos han podido tener esa experiencia con el arte de estos niños, seguramente no les costará dejarse llevar por la imaginación y descubrir la fuerza sanadora y reconstituyente de sus abrazos... Si todos los abrazos tienen esta capacidad de sostener y transmitir fuerza, el abrazo de Abraham y Tony, tan cargados de inocencia y sinceridad, parecen multiplicar su eficacia... Y como suele sucederme, al pensar en Abraham me vuelvo monotemático y la inocencia, hermana casi gemela de la transparencia, concentra toda mi atención... es que la inocencia despierta en mi esa nostalgia paradisíaca que parece acompañarnos silenciosamente toda la vida... Estoy convencido que esa inocencia es capáz de restituirnos la valentía de mirar con esperanza, nos puede ayudar a recuperar la confianza y de esa manera volver a sentirnos lejos de una experiencia que se nos ha vuelto tan cotidiana de ver al otro como enemigo, como una amenaza... Cuando Abraham y Tony abrazan parecen contagiarnos todo eso...
Quería aprovechar este espacio para agradecerles a ellos la generosidad en derrochar sin medida este gesto, y a cuantos leen esto desearles la posibilidad de poder experimentarlo algún día personalmente... Dios los bendiga y los abrace como sólo él sabe hacerlo...Varias veces he experimentado en primera persona, y he oído también el testimonio de muchos, respecto a que escuchar cantar a Abraham nos hace bien... sin dudas se puede decir lo mismo de Tony... A cuantos han podido tener esa experiencia con el arte de estos niños, seguramente no les costará dejarse llevar por la imaginación y descubrir la fuerza sanadora y reconstituyente de sus abrazos... Si todos los abrazos tienen esta capacidad de sostener y transmitir fuerza, el abrazo de Abraham y Tony, tan cargados de inocencia y sinceridad, parecen multiplicar su eficacia... Y como suele sucederme, al pensar en Abraham me vuelvo monotemático y la inocencia, hermana casi gemela de la transparencia, concentra toda mi atención... es que la inocencia despierta en mi esa nostalgia paradisíaca que parece acompañarnos silenciosamente toda la vida... Estoy convencido que esa inocencia es capáz de restituirnos la valentía de mirar con esperanza, nos puede ayudar a recuperar la confianza y de esa manera volver a sentirnos lejos de una experiencia que se nos ha vuelto tan cotidiana de ver al otro como enemigo, como una amenaza... Cuando Abraham y Tony abrazan parecen contagiarnos todo eso...